El deporte en asmáticos
¿Que es el asma?
El asma es una afección en la que se estrechan y se hinchan las vías respiratorias, lo cual produce mayor mucosidad. Esto podría dificultar la respiración y provocar tos, silbido al respirar y falta de aire.
Para algunas personas, el asma es una molestia menor. Para otras, puede ser un problema considerable que interfiere en las actividades cotidianas y que puede producir ataques de asma que pongan en riesgo la vida.
Los síntomas del asma varían según la persona. Es posible que tengas ataques de asma con poca frecuencia, síntomas solamente en ciertos momentos, como cuando haces ejercicio, o síntomas en todo momento.
Los signos y síntomas del asma comprenden:
Falta de aire
Dolor u opresión en el pecho
Problemas para dormir causados por falta de aire, tos o silbido al respirar
Un pitido o silbido al respirar que puede oírse al exhalar (el silbido al respirar es un signo frecuente de asma en los niños)
Tos o silbido al respirar que empeora con un virus respiratorio, como un resfrío o influenza
¿Cómo puede ayudar el deporte a la gente que tiene asma?
Aunque no quieras ser un atleta profesional, el ejercicio físico y el deporte te pueden ir de maravilla. El deporte te ayuda a estar en forma. Y te ayuda a mantener un peso saludable. El ejercicio físico también fortalece los músculos pectorales que se utilizan para respirar. Si tienes asma, esto es muy importante porque te puede ayudar a que los pulmones te funcionen mejor.
¿Cuáles son los deportes más adecuados para las personas con asma?
Hay deportes y actividades que son las mejores opciones para la gente que padece asma. El golf, el yoga, y la bicicleta suave tienen menos probabilidades de desencadenar crisis asmáticas. Deportes como el béisbol, el fútbol americano, la gimnasia.
Hay algunos deportes que plantean más retos a la gente con asma. Aquí se incluyen los deportes de resistencia, como las carreras y el ciclismo de largo recorrido, que exigen gastar mucha energía sin disponer de largos períodos de tiempo para descansar (lo que ocurre en el fútbol y el baloncesto). Los deportes de invierno, como el esquí de fondo y el hockey sobre hielo, también pueden plantear dificultades.
La práctica del deporte y el asma no son incompatibles, sino más bien todo lo contrario: practicar deporte mejora la resistencia respiratoria y mejora la tolerancia a la actividad física, siendo así un aspecto importante para llevar un estilo de vida saludable. “El deporte tiene beneficios para la salud respiratoria en diversos ámbitos, sobre todo en las épocas de crecimiento del niño para aprender a conocer su asma y saber cuándo y cómo tomar la medicación de rescate.
actividad física en niños que padecen asma:
Mejora el desarrollo general del niño, dado el beneficio psicoemocional e integrador del deporte.
Se reducen las crisis asmáticas derivadas del esfuerzo.
Disminuye el nerviosismo ocasionado por las crisis.
Mejora la condición física y la propia tolerancia: el desarrollo de la musculatura respiratoria permite un incremento de la capacidad pulmonar.
Ayuda a mantener un peso saludable: cuando existe sobrepeso las complicaciones se duplican.
Para la farmacéutica española Antonia Mangues y la enfermera María Pilar García, una de las prácticas deportivas más recomendables para quienes sufren de asma es la natación: "Generalmente, nadar es mejor que correr. Efectivamente, la natación es uno de los mejores deportes para los asmáticos, porque no provoca excesiva presión pectoral y se practica en ambiente húmedo".
Asimismo, el deportista y paciente de asma Anxo Viga confiesa que el deporte marcó un antes y un después en su condición de paciente asmático: “A raíz de practicar deporte empecé a mejorar”.
Beneficios de realizar deportes en asmáticos
Mejora la funcionalidad de los pulmones, favoreciendo la capacidad respiratoria.
Mejora el sistema inmunitario. De este modo los ataques de asma ocasionados por resfriados o tos seca son menos frecuentes.
Favorece la pérdida de peso, reduciendo la aparición de ataques de asma.
Mejora la calidad de vida y ayuda a controlar la aparición de los síntomas.
Escoger el tipo de deporte y adaptarlo serán dos puntos clave a tener en cuenta para que la introducción de ejercicio físico en nuestro día a día nos aporte los beneficios deseados.
Asma y deporte: los siete consejos
1.- Adapta el tipo de deporte en función de la temporada: si eres alérgico al polen, no es recomendable que practiques deporte al aire libre en primavera, pero sí la natación.
2.- Elige bien tu deporte y practícalo en las mejores condiciones posibles. “El 90% de mis pacientes asmáticos practica natación porque refuerza la musculatura bronquial, pero deben tener cuidado al hacer carreras cortas porque supone un sobreesfuerzo por la inhalación de aire frío”.
3.- La natación está especialmente indicada para aquellos a quienes se les diagnostica un asma por esfuerzo, porque se realiza en condiciones cálidas y húmedas, y las crisis de asma de esfuerzo se deben a una pérdida de calor y humedad de las vías respiratorias. Sin embargo, es cierto que el sujeto se expone a inhalar cloro, que es irritante. Para evitarlo, debes vigilar la concentración de cloro en el agua, controlar el tiempo de exposición y observar la reacción.
4.- Nunca debes llegar a un ejercicio extenuante y debes parar inmediatamente si sufres una crisis aguda. “En condiciones normales, cualquier paciente estable puede hacerlo salvo si tiene una crisis aguda, lo que obliga a interrumpir y recuperarse”.
5.- Planifica cuándo vas a hacer deporte y toma medidas preventivas si es necesario: “En el caso de asma inducida por ejercicio el paciente tiene que utilizar su medicación preventiva veinte minutos antes, pero sólo si realmente lo necesitan porque si no se habitúan”.
6.- Los especialistas aconsejan realizar un calentamiento adecuado antes del ejercicio, iniciándolo de manera suave y progresiva hasta alcanzar la intensidad perseguida.
7.- Aprende a respirar correctamente. La alergóloga detalla que uno de los desencadenantes del asma es el aire frío inhalado: “Por eso es tan importante enseñar a un deportista a respirar adecuadamente y a que la nariz ejerza su función de calentar, humidificar y filtrar de partículas el aire que respiramos”.