Anabolizantes y sus riesgos
¿Qué son los anabolizantes?
Son compuestos que aceleran el crecimiento de los tejidos. Los más conocidos son los esteroides anabolizantes, usados comúnmente por los deportistas para aumentar la masa muscular y el almacenamiento de energía.
Los esteroides anabólicos-androgénicos (EAAs) son un grupo de fármacos derivados sintéticos de la testosterona que producen efectos anabólicos (de construcción muscular) y androgénicos (de masculinización). Aunque su uso más popular es el de mejorar el aspecto físico y el rendimiento deportivo, también se usan con fines médicos. Su consumo estaba en un primer momento restringido a deportistas profesionales y de élite, pero se ha extendido a un segmento significativo de la población general, sobre todo en Estados Unidos. Distintos estudios señalan que entre el 10 y el 30 por ciento de los varones que hacen ejercicio de forma habitual en gimnasios han utilizado alguna vez este tipo de productos. En la actualidad, estas sustancias están totalmente prohibidas en el deporte profesional y para ello se realizan controles antidopaje. En el resto de la población aunque son legales, solo deben tomarse bajo prescripción y control médico, pues sus consecuencias pueden ser nefastas para la salud.
¿Para qué se usan?
Estas sustancias se utilizan con fines médicos en primer lugar por sus acciones androgénicas, pues la testosterona enfatiza la diferenciación, desarrollo y mantenimiento de los caracteres sexuales secundarios masculinos, además de regular la espermatogénesis y el comportamiento sexual de los varones. Los médicos prescriben esta hormona en los casos en los que el paciente no posee suficiente testosterona de forma natural.
Además, se usan en casos de desnutrición severa o en el tratamiento de ciertos tipos de cánceres y anemias por sus efectos anabolizantes, pues ayudan a que las personas con este tipo de problemas aumenten su masa muscular.
¿Cómo se consumen?
Los esteroides anabolizantes son administrados por vía oral o inyectados. Una de las formas de consumo más común entre las personas con adicción a los anabolizantes es por medio de patrones llamados de uso cíclico, que consiste en tomar varias dosis de esteroides en un período determinado, detener el uso durante un tiempo y comenzar de nuevo. Además, los usuarios recurren muchas veces a la práctica del amontonamiento, la combinación de diferentes clases de esteroides para maximizar su eficacia y al mismo tiempo, minimizar sus efectos desfavorables.
Peligros para la salud
El consumo de estas sustancias en grandes dosis puede provocar fallos renales, problemas cardiovasculares e impotencia en los hombres, pues el cuerpo humano no tiene la capacidad de procesar grandes cantidades de estas hormonas. Además, estudios recientes han demostrado que el consumo de esteroides anabolizantes puede producir adicción, pues no deja de tratarse de una droga.
Otros efectos adversos del uso de esteroides anabólicos son la posibilidad de padecer tumores hepáticos, ictericia (la pigmentación amarillenta de la piel, los tejidos y los fluidos corporales), retención de líquidos, hipertensión arterial, acné y temblores. Además, hay otros efectos específicos de cada sexo como la reducción del tamaño de los testículos, un menor recuento de espermatozoides, infertilidad, calvicie y desarrollo de los senos, en el caso de los hombres, y el crecimiento de vello facial, cambios en el ciclo menstrual, aumento en el tamaño del clítoris y cambio de la voz, en el caso de las mujeres.
También puede producir cese precoz del crecimiento por madurez esquelética prematura y cambios acelerados en la pubertad, cuando los anabolizantes son consumidos por adolescentes.
Otro posible efecto adverso de los anabolizantes son los trastornos psiquiátricos, pues pueden causar extrañas alteraciones de conducta y del estado de ánimo, con síntomas similares a los que presentan los maníacos y que pueden llevar a episodios violentos e incluso homicidas. Por otro lado, dejar de consumirlos puede llevar a la depresión, lo que contribuye a la dependencia a estas sustancias.
Por último, según investigaciones recientes, estas sustancias pueden llevar a quienes las consumen a sufrir celos, paranoias, irritabilidad extrema, delirio y alteraciones del juicio.
Efectos secundarios de los anabolizantes
Se producen una serie de cambios estéticos, como un mayor hirsutismo (desarrollo de vello excesivo), disposición de grasa más masculina, o el cambio del tono de voz. En los varones se acentúa la tendencia a la alopecia.
Se producen alteraciones en los niveles de lípidos en sangre (con un aumento de colesterol).
Hay una alteración en la sensibilidad de los capilares para contraerse al frío o dilatarse al calor.
Según el doctor, “todo facilita que pueda haber zonas en las que se límite el tránsito de hematíes, de modo que en el músculo se cree una zona de isquemia“, donde el aporte sanguíneo arterial esté disminuido.
“El corazón también sufre una cierta hipertrofia, porque se produce un crecimiento de la masa muscular”.
“Hay efectos a nivel cardiológico, parece también que aumenta número de glóbulos rojos y algunas personas pueden tener problemas de deshidratación“, completa nuestro experto.
Existen riesgos de daño hepático, porque el anabolizante se metaboliza en todos los tejidos, pero sobre todo en el hígado. “El hígado tiene un margen de trabajo, y superado se producen alteraciones. Se han descrito facilidad para tener carcinoma hepático, alteraciones de vías biliares”.