Trastornos de la Conducta Alimentaria
¿Qué son los trastornos de la conducta alimentaria?
Los TCA son trastornos mentales caracterizados por un comportamiento patológico frente a la ingesta alimentaria y una obsesión por el control de peso. Son trastornos de origen multifactorial, originados por la interacción de diferentes causas de origen biológico, psicológico, familiar y sociocultural. Son enfermedades que provocan consecuencias negativas tanto para la salud física como mental de la persona.
Los TCA más conocidos son la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa, pero también existen otros, como el trastorno por atracón, la ortorexia (la obsesión por la comida sana) y la vigorexia (la obsesión por el ejercicio físico).
Los TCA son enfermedades graves pero se pueden curar si la persona hace tratamiento con un equipo de médicos y psicólogos especializados en TCA. Son tratamientos largos y complejos. Un rasgo habitual de estos trastornos es la falta de conciencia de enfermedad por parte de la persona afectada. Esto quiere decir que la persona afectada no es capaz de identificar las consecuencias negativas del trastorno , ni de la necesidad de hacer tratamiento, ni tampoco los beneficios de este. Este hecho dificulta la adherencia al tratamiento en algunos casos. Si esto, el papel de la familia es especialmente importante para intentar que la persona afectada reciba el tratamiento que necesita aunque no colabore en recibirlo.
La anorexia:
La anorexia consiste en un trastorno de la conducta alimentaria (TAC) que suppone una pérdida de peso provocada por el propio enfermo y lleva a un estado de inanición. Se caracteriza por el temor a aumentar de peso, y por una percepción distorsionada y delirante del propio cuerpo que hace que el enfermo se vea gordo aun cuando su peso se encuentra por debajo de lo recomendado. Por ello inicia una disminución progresiva del peso mediante ayunos y la reducción de la ingesta de alimentos.
Normalmente comienza con la eliminación de los carbohidratos, ya que existe la falsa creencia de que engordan. A continuación rechaza las grasas, las proteínas e incluso los líquidos, llevando a casos de deshidratación extrema. A estas medidas drásticas se le pueden sumar otras conductas asociadas como la utilización de diuréticos, laxantes, purgas, vómitos provocados o exceso de ejercicio físico.
Las personas afectadas pueden perder desde un 15 a un 50 por ciento, en los casos más críticos, de su peso corporal.
Es importante distinguir la anorexia de otros trastornos alimentarios muy frecuentes aunque más leves. El 80 por ciento de los jóvenes pasan por etapas en las que empeora su relación con los alimentos y los evitan, lo que no indica en ningún momento que estén desarrollando la enfermedad.
La edad de inicio de la anorexia se sitúa en la primera adolescencia, en torno a los 12 años, si bien la población más afectada se encuentra entre los 14 y 18. Es más frecuente en las clases sociales media y media-alta.
En un 95 por ciento de los casos la anorexia afecta a mujeres jóvenes, aunque en los últimos años se ha producido un aumento en hombres, en mujeres adultas y en niños. Los hombres tienen más posibilidades de ocultar el trastorno ya que no están sometidos a un juicio social tan fuerte. Esto favorece que el tratamiento sea más difícil, pues la enfermedad se diagnostica cuando ya se encuentra en un estado muy avanzado.
Existen colectivos más propensos a sufrir estos trastornos, es el caso de las gimnastas, las bailarinas o las modelos. En la anorexia nerviosa se pueden distinguir dos subtipos:
Subtipo restrictivo: La reducción de peso se consigue mediante dietas o ejercicio físico intenso y el enfermo no recurre a sobreingestas, atracones o purgas.
Subtipo bulímico: El enfermo recurre a las purgas aunque haya ingerido una pequeña cantidad de alimento.
¿Cuál es su origen?
Factores desencadenantes:
La propia obesidad del enfermo.
Obesidad materna.
Muerte o enfermedad de un ser querido.
Separación de los padres.
Alejamiento del hogar.
Fracasos escolares.
Accidentes.
Sucesos traumáticos.
Hasta el momento no se ha determinado una causa biológica clara sobre el origen de la anorexia. Aunque hay muchos factores socioculturales que pueden desencadenarla, es probable que una parte de la población tenga una mayor predisposición física a sufrir este trastorno, independientemente de la presión que pueda ejercer el entorno.
bulimia
La bulimia o bulimia nerviosa es un trastorno alimenticio y psicológico caracterizado por la adopción de conductas en las cuales el individuo se aleja de las formas de alimentación saludables, consumiendo comida en exceso en períodos de tiempo muy cortos, también llamados «atracones», seguido de un período de arrepentimiento, el cual puede llevar al sujeto a eliminar el exceso de alimento a través de vómitos o laxantes. El temor a engordar afecta directamente a los sentimientos y emociones de la persona que sufra el trastorno, influyendo de esta manera en su estado anímico que en poco tiempo desembocará en problemas depresivos.
Causas
En el origen de esta enfermedad intervienen factores biológicos, psicológicos y sociales que desvirtúan la visión que el enfermo tiene de sí mismo y responden a un gran temor a engordar.
Vigorexia
La vigorexia es un trastorno no estrictamente alimentario, pero que sí comparte la patología de la preocupación obsesiva por la figura y una distorsión del esquema corporal; es más frecuente en hombres de entre 18 a 35 años.
Esta patología implica el efecto contrario que la anorexia, por lo que también recibe el nombre de anorexia inversa, además de dismorfia muscular.
La vigorexia es, por tanto, un tipo de trastorno dismórfico corporal que se relaciona con el trastorno obsesivo compulsivo y que implica que la persona se obsesione con sus imperfecciones, lo que hace que perciba una imagen distorsionada de sí misma.
Este tipo de afecciones repercute negativamente en las relaciones personales del paciente y a su salud mental y física.
Causas
Las características más frecuentes en personas que sufren este trastorno son las siguientes:
Mirarse constantemente en el espejo y aun así sentir que no se alcanzan las características estéticas que establece como necesarias la propia persona.
Pesarse varias veces al día y hacer comparaciones con otras personas que hacen fisicoculturismo.
Las personas con personalidad obsesiva, en especial consigo mismas, así como aquellas que sufren diversos problemas emocionales en sus relaciones personales y profesionales, son más propensas a desarrollar vigorexia.
¿Cómo pueden actuar las personas cercanas al enfermo?
La mejor forma para ayudar a una persona que tiene un trastorno de la conducta alimentaria. Algunas recomendaciones que puede seguir su entorno son:
Evitar comentarios críticos sobre el peso, la comida, etc.
Intentar no controlar al enfermo todo el tiempo y hablarle únicamente del problema. De esta forma evitarán que se sienta agobiado y fomentarán que tenga la percepción de apoyo y comprensión.