Cómo evitar la obesidad mórbida

¿Qué es la obesidad Mórbida?

La obesidad mórbida significa que una persona es tan gorda que su bienestar y su salud realmente están en peligro. Un trastorno por el que murió un hombre en San Juan que pesaba 350 kilos.

Los profesionales médicos a menudo utilizan este término para indicar que el único tratamiento para el paciente de perder peso es la cirugía de pérdida de peso. La obesidad mórbida se define generalmente como:

  1. Un peso de 45 kilos o más de lo recomendado por los médicos

  2. Un índice de masa corporal (IMC) de más de 40

El sobrepeso extremo puede poner en peligro la salud y conducir a la muerte prematura. De hecho, la obesidad mórbida está ganando sobre el tabaquismo como la segunda causa principal de muerte evitable, responsable de 400.000 muertes al año.

La obesidad -definida como el exceso de grasa corporal en relación con la talla o longitud corporal- es considerada desde 1998, por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una epidemia global.

La prevención de este trastorno, que comienza en la niñez, presenta varios factores de riesgo para las enfermedades cardiovasculares vinculadas con la nutrición que pueden comenzar a gestarse a muy temprana edad.

Según los expertos, "la obesidad es un factor que contribuye al desarrollo de prácticamente la mitad de las enfermedades crónicas. Se la asocia con la mortalidad cardiovascular -primera causa de muerte en nuestro país-, con la hipertensión arterial, la diabetes, la hipercolesterolemia y algunas formas de cáncer".

Pero no todas estas dolencias aparecen exclusivamente en la edad adulta, algunas pueden hacerse presentes en la niñez. Este es el caso de la diabetes Tipo II (no insulinodependiente), vinculada con la obesidad en el adulto y que cada vez es más frecuente en la infancia.

Sedentarismo y mala nutrición

Pero, ¿cuáles son entonces las causas de esta peligrosa epidemia? La respuesta apunta a la disminución de la actividad física. Casi todos los estudios epidemiológicos centra

n el punto crítico del aumento de la prevalencia de la obesidad en la disminución del gasto de energía. El ser humano está preparado para un patrón de actividad física que la sociedad moderna ha cambiado.

Por otra parte, la inadecuada alimentación también está involucrada en el tema. Las comidas más baratas y las más fáciles de cocinar son las de mayor densidad energética y más alto contenido graso, comidas a las que naturalmente recurre una madre cansada luego de un largo día de trabajo.

Datos que asustan

Si un chico comienza la adolescencia obeso, tiene un 60% de probabilidades de seguir siéndolo por el resto de su vida, y si termina la adolescencia obeso las probabilidades son del 90 por ciento.

Desde el punto de vista de la prevención primaria, hay que promover hábitos de vida saludables, como una alimentación completa y ordenada, con alimentos variados y un tenor graso controlado, donde el alimento cumpla un rol nutricional.

Otras medidas preventivas deben ser tomadas aún más temprano en la vida del niño, cómo estimular la actividad física y la recreación activa de los niños.

¿Cómo prevenir la obesidad?

Hay dos áreas concretas y claras para la prevención de la obesidad, una es la dieta equilibrada y la otra el ejercicio físico.

 Dieta

En la dieta sana deben primar los alimentos bajos en calorías como fruta y vegetales, pero sin abandonar el equilibrio alimentario con alimentos ricos en proteínas hidratos de carbono y grasas.

Una dieta equilibrada debe consistir en:

  • Los hidratos de carbono nos aportarán al menos un 55-60 % del aporte calórico total.

  • Las proteínas un 15 % del aporte calórico total, no siendo nunca inferior la cantidad total de proteínas ingeridas a 0,75 gr/día y de alto valor biológico.

  • Las grasas no sobrepasará el 30 % de las calorías totales ingeridas.

Los hidratos de carbono sirven como material combustible o energético inmediato, por ello debe de tomarse antes de hacer ejercicio, es frecuente el comer pasta antes de ejercicios intensos. Lo que no se consume de ellos se transforma en grasa por ello es importante calcular el gasto de energía para saber cuántos hidratos de carbono son necesarios. En esta área es muy adecuado incluir los cereales integrales o completos como el pan integral o el arroz integral, los cereales de granos múltiples, etc.

Las proteínas son importantes para el crecimiento de los tejidos, además sirven para formar enzimas que actúan en todos los mecanismos del metabolismo (actúan como catalizadores en los fenómenos de formar energía), y sirven para mantener la inmunidad. Sirven como soporte de estructuras y en la función de mantener la actividad de los músculos, mantener la temperatura, etc...Las proteínas las encontraremos en la carne, los huevos, el pescado, la leche y derivados pero descremados, las legumbres, etc...Las proteínas no se acumulan por ello hay que tomarlas a diario, si se hace ejercicio son necesarias unos 50 a 70 gramos diarios.

Las grasas se acumulan y se utilizarán como reserva de energía para cuando falten los hidratos de carbono, pero es mejor que se utilicen unos principios y otros en cada momento para lo que son, por ello una dieta equilibrada tendrá un aporte bajo en grasas, y mayor en hidratos de carbono cuando sean necesarios. Para tomar grasas se dará prioridad a las no saturadas que se encuentran en los aceites vegetales (de oliva, maíz, soja y girasol) y las de alto contenido en ácidos grasos saturados de origen animal (manteca, nata, tocino, etc.).

No se debe olvidar la necesidad de beber agua al menos 1,5 litros al día, teniendo en cuenta que parte de los alimentos también la contienen.

La fibra es muy importante y al menos se debe de tomar 22 gramos al día. Esta se encuentra en las frutas, verduras y en los cereales integrales. Luego hay “alimentos” que se debe evitar o tomar en pequeñas cantidades como la sal o el alcohol. Solo se recomienda un vaso de vino al día en una dieta correcta.

Con estos alimentos es mejor hacer varias comidas al día y de menos volumen que hacerlo en pocas tomas y abundantes. Lo ideal es hacer 5 comidas al día, comer despacio masticando muy bien y siempre utilizar platos pequeños.

Ejercicio físico

Se debe realizar ejercicio físico de forma regular, lo recomendable es hacerlo al menos 3 ó 4 días por semana, y lo mínimo puede ser 35 minutos de andar ligero, que invite a sudar un poco. Pero puede subir y bajar escaleras, correr, andar en bicicleta, nadar, u otro deporte a elegir. No es bueno hacer ejercicio solo un día por semana y de forma extenuante para compensar, esto no es lo adecuado.